...eternamente. Nuestra posición natural y afortunadamente, afortunada.
Quizás no nos (a nuestro ego) cause gracia pensar así: que dependo de algo superior a mí para subsistir, que soy una unidad dependiente por naturaleza, y que por ende, con un mínimo de sentido común utilizaré mi vida para intentar reciprocar aquelló que recibo a diario.
Sin el aire que respiro, pum, al piso forever.
Sin la luz, sin el agua, sin esto y aquello, pum, al piso forever.
No nos damos cuenta de que somos unidades dependientes a cada instante de nuestras vidas?
No sabemos ser felices aceptando eso?
Algunos dicen que la religión (o sea, en principio aceptar nuestra dependencia de lo superior) es para los débiles. Estoy de acuerdo. Y me siento feliz de haber llegado a la conclusión de que soy débil, y para volverme fuerte necesito un vínculo con lo divino.
Una importante diferencia entre un genuino practicante de espiritualidad y alguien que no, es que el primero reconoce su debilidad y actúa conforme a ello, y el otro sigue siendo debil, pero no desea reconocerlo, por lo cual siempre seguirá siendo debil, por más que externamente postule como el más fuerte de los fuertes.
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