18.6.12

Cambia tus Palabras, Cambia tu Mundo


4.6.12

Progreso




El progreso no puede sino existir. Sin progreso no hay verdadero movimiento, verdadero avance. Podríamos llegar a decir incluso que sin progreso no hay vida.


El progreso es la ley de la vida en sí. El progreso es aquello que garantiza la presencia de algo vivo y conciente, de algo que puede, obrar, sentir, desear, amar: vivir.


Y el progreso es ante todo un constante estado de transformación interna. Así lo han revelado los sabios. Así lo han descrito las almas progresivas, progresistas, los adictos al verdadero progreso.


El progreso nunca puede ser una cosa externa, algo que sólo es alcanzado por fuera. Jamás.


El progreso único y deseable por todos es aquella sustancia que existe muy por encima de las múltiples cubiertas burdas y sutiles de este plano relativo. Entrar en la tierra del real progreso, del crecimiento imparable, implica estar dispuestos a sumergirnos en un cambio sin fin. 



Puedo llegar a decir que estoy abandonando el sendero del engaño y la hipocresía, cuando comienzo a sentirme inspirado al escuchar a aquellas personas que con sus palabras no hacen otra cosa que descolocarme, romper mis estructuras, e invitarme a un progreso real a través de nuevos desafíos a cada instante.