28.12.10



LA AMBIGÜEDAD



Con frecuencia el éxito incluye la pérdida de memoria, de lo que nos costó alcanzarlo.

En los inicios de nuestro trayecto en la búsqueda de un objetivo o realización de un proyecto, nos preguntamos” ¿quizás debería dejarlo?”

En una segunda etapa, todavía muy dificultosa, nos preguntamos:

“¿debería dejarlo, aún aunque esté avanzando?”

En una tercera etapa, cuando ya alcanzamos el logro y la realización del proyecto nos preguntamos ”¿Cómo podía haber pensado siquiera en dejarlo?”.


LUCES Y SOMBRAS , en el camino hacia la felicidad…


Todos los años, nos largamos a la carretera de la vida, libres , esperanzados, dispuestos a disfrutar de nuestro viaje.

Luego, ocurre algo: llegamos a una zona gris de la vida, como si fuese un tramo en obras.


A veces nada se interpone en nuestro camino. Liso y llano , nada parece interponerse, como si nos subiéramos a un carrito que circula por rieles eléctricos.


¡Qué facilidad y qué felicidad!


Otras veces, avanzamos lentamente y con extrema precaución, pasando largos períodos de tiempo en cada nivel, con la carretera cubierta por bancos de niebla.


Es importante elegir el vehículo y su ruta imaginaria para viajar en el camino a la felicidad.

Puede que sienta la tentación de evitar las zonas de la ambigüedad, ya que en ellas se puede tropezar sin ver con claridad.

Pero es importante confiar en que la ambigüedad , tarde o temprano nos llevará a alguna parte.


Atravesar una nube de ambigüedad, viendo que el camino, atraviesa por un período de incertidumbre, es como experimentar un tramo de la vida lleno de baches, en el que las sacudidas trastornan la confianza y ponen a prueba nuestra resistencia y vulnerabilidad.


Es como estar en la mitad de algo, como en una obra creativa: uno no está seguro de lo que viene después.


No hay nada claro, los sentidos están alertas.


Es importante disminuir la velocidad porque la visibilidad se ha reducido notablemente.Tenemos miedo de no ver una curva peligrosa.


Una vez atravesada esta zona gris, seguimos adelante nuestro camino, acelerando de nuevo. Raramente nos paramos a pensar demasiado en dónde hemos estado o hacia dónde nos dirigimos. Simplemente vamos…y ese “ir” lo es todo.

Sólo en algunas ocasiones reparamos en la belleza del paisaje que atravesamos.


Si observamos el camino por el que vamos en pos del objetivo, y utilizamos nuestra capacidad de contemplación, seguramente iremos recibiendo señales anticipatorias, que al menos en algún sentido nos darán la señal de lo que vendrá.


Es por lo tanto, importante meditar como actitud de vida, aún estando circulando en medio de una conglomeración.

Los períodos grises de la vida, nos recuerdan el misterio de lo indescifrable, del misterio mismo de la vida, y la magia que lo acompaña.


Por muy incómodos que resultaran esos períodos, uno tiene la satisfacción de saber que ha logrado superarlos y, que consecuentemente, probablemente, también se ha aprendido de

ellos.


Aunque no siempre las personas asimilan las experiencias y las transforman en un aprendizaje., es bueno puntualizar que muchas veces hay que realizar un gran esfuerzo para no repetir las experiencias. Hay personas que repiten hasta el final de sus vidas, como dice un antiguo refrán popular: El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.


Haber aprendido a manejar la ambigüedad, y otros fenómenos impredecibles e imprevisibles, ayuda a evitar caer en situaciones de estrés. Y habrá aprendido también, que hay muchas situaciones en la vida que simplemente no se pueden describir de manera exacta y categórica.


Cabe decir que el estrés es ocasionado por la ansiedad de las energías ilusorias. Tiene que ver con todo aquello que se deposita en el otro, con la expectativa, que en realidad el otro no posee pero que es uno el que necesita que lo posea.


Por ello, las situaciones en la vida suelen ser más comúnmente ambigüas de lo que la mayoría piensa.


Dado que existen errores de interpretación de los hechos que surgen de una comunicación que no es transparente.


Ya en algún momento Franz Kafka, se refirió a esto, en unos de sus escritos, donde relata el desencuentro de dos personas que se dejaron de ver, y una nunca supo lo que le pasó a la otra, y se separaron por falsos supuestos.


La vida tiene mucho de kafkiana, de presupuestos, de malos entendidos , de falsas expectativas. La vida tiene mucho de

Ambigüedad.


Colaboración: Textos de Todd Siler –

Doctor en Arte y Psicología por el Instituto Tecnológico de Massachusetts.


Christina


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