Dadaísmo espiritual
Muchos de uds. han oído hablar acerca de este principio llamado dada, o dadaísmo.
En relación al arte, representa una especie de rebeldía ante toda postura o concepto establecido (aburguesado), deseando romper con muchas formas rígidas en apariencia limitantes, e intentando generar un vuelco y frescura sin precedentes, en donde la inspiración y lo espóntaneo derriban cualquier otra barrera que quiera racionalizar y concebir aquello que no está precisamente para ser analizado de esta forma.
Hasta un punto esta postura tiene su valor intrínseco, pero al mismo tiempo la misma se presta para caer en los fáciles excesos, en donde valiéndome de esta premisa básica (esta es, reformular y replantear el significado y obetivos del arte en sí mismo, a través de una especie de anti-arte), puedo cometer, en el nombre del dadaísmo en este caso, cualquier tipo de aberración que poco y nada tienen que ver con el arte, y llamarla "arte".
Asímismo, y en relación al títutlo de este artículo, sencillamente podemos caer en el dadaísmo espiritual, en donde intentamos rehacer las milenarias y en este caso siempre aplicables fórmulas del éxito interno, y así tratamos de reemplazar la mística infalible con nuestras propias ideas y criterio independiente, lo cual en sí es algo que atenta contra el mismo ideal que intento alcanzar.
El dadaísmo esipritual consiste en ser prácticamente anáquico frente a cualquier representación de orden y/o autoridad que se manifieste en mi vida a decirme qué y cómo hacerlo, y en donde yo elijo manejarme teniendo por encima de todo presente a mi propia manera de ver, considerar y juzgar todo lo que me rodea, sin aceptar visión alguna que pueda encontrarse por encima de mi propia manera de entenderlo todo.
Estas reglas y regulaciones que se acercan a nosotros, no lo hacen con u espíritu limitante como el rebelde paranoico puede pensar, sino que más bien intentan volverse nuestras amigas, de alguna u otra forma tratando de mostrarnos la importancia y necesidad de poder aceptarlas para gradual y finalmente despertar un sentido apropiado de la espontaneidad en la vida espiritual.
Porque para realmente poder jactarnos de ser espont´neos en la vida espiritual, esto implica lograr movernos en un ámbito regido exclusivamente por el principio de la inspiración, y semejante sustancia sólo se hará presente al verse ella misma inspirada or nuestra propia conducta invocadora de buenos auspicios.
Y justamente aprenderemos esta conducta, siguiendo y respetando sumisa y obedientemente todas aquellas recomendaciones que sean necesarias para yo poder finalmente entrar en semejante categoría.
La verdadera insiración es absolutamente necesaria, pero asimismo es absolutamente necesario saber cómo obtenerla sin caer en el dadaísmo, y pensar así que estamos haciendo arte con nuestro espíritu, cuando simplemente nos mantenemos arrastrando por el suburbio de nuestra imaginación incompleta.
Conclusión: el verdadero arte (en cualquier ámbito de la existencia) está basado en un profundo deseo de aprender correctamente, y esto se da cuando el aspirante exhibe los síntomas de la inmaculada sumisión, frente a aquella fuente reveladora que nos enseñará cómo movernos. Esta será la garantía de que está emanando de nuestra parte un producto autorizado y digno de ser consumido.
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