29.7.10
24.7.10
El Dr. Richard J. Davidson refiere que la ilusión consiste en
una distorsión de nuestra percepción del mundo provocada por
las emociones aflictivas.
También existe simultáneamente una distorsión cognitiva, vale decir: de nuestras creencias.
La Ilusión supone una interferencia de los circuitos emocionales en los circuitos neuronales, responsables de la percepción o de la aprehensión del mundo, así también como de los circuitos implicados en los pensamientos.
Somos como actuamos, actuamos como pensamos, pensamos como sentimos. Por carácter recíproco y transitivo, podemos también decir que somos como pensamos o somos como sentimos.
Es un ida y vuelta, un feedback que se retroalimenta todo el tiempo.
El objeto es percibido y “cosificado”, lo que implica el prejuicio y el preconcepto de los procesos cognitivos.
“Ciertas conexiones nerviosas que se dan entre la formación cerebral primitiva , llamada amígdala ,base del registro emocional, y el área del cerebro que procesa la información visual, explica el mecanismo a través del cual las emociones negativas acaban afectando nuestra percepción de la información visual.”
Mucha gente se pregunta como funciona esto en la vida cotidiana, es fácil decirlo desde un laboratorio, pero como es posible verlo con claridad desde la experiencia pragmática.
La Ilusión es lo aparente, lo superficial, expresado de manera sencilla, es todo aquello susceptible de engaño.
Es la experiencia fenomenológica insustancial y vacua, aquello que responde a un condicionamiento que se ha generado a partir de las causas y consecuencias. Tiene que ver con karmas negativos, de los cuales hay que librarse.
Cuanto más pronto comprendamos esta realidad , más pronto seremos liberados.
Así, como dice una parábola muy ilustrativa:
“Cuando la flecha agota su fuerza impulsora, la flecha cae.”
La Ilusión se sostiene por el deseo o apego excesivo. Es un estado emocional que empaña nuestra capacidad de juicio, la capacidad de evaluar correctamente la naturaleza de las cosas.
Se denominan también “oscurecimientos” o estados mentales y emocionales aflictivos. Incluso llamada también Ignorancia, que conjuntamente con la Codicia y la Ira constituyen los tres venenos del Alma.
“…Siendo la Ilusión una creencia que aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, prescinde de la verdadera realidad, y consecuentemente prescinde de toda garantía real.”
No esperemos nada de la Ilusión.
Por ello la consecuencia es el engaño y más precisamente el autoengaño.
Cuando la persona puede romper el vínculo entre la aparición de la impresión sensorial inicial y la tendencia de la mente a “etiquetar” y a reaccionar en forma automática, se logra depurar la mente y permanecer en una modalidad neutra y despojada de todo condicionamiento. Entonces surgirá lo auténtico, lo Real. La mente estará en Paz.
Quisiera ilustrar a través de una experiencia verídica y sencilla que me ocurrió , qué es la Ilusión:
En una oportunidad fui a comprar un perfume.
La vendedora muy atenta me facilitó distintos aromas. Y me explicó:
…”El perfume tiene un cuerpo y un alma, tienes que colocar unas gotas de la fragancia sobre tu piel y esperar varias horas.”
“Al cabo de ellas podrás apreciar la verdadera esencia de la fragancia.”
“El cuerpo se evapora y el Alma es lo que queda”…
Así trabaja la Ilusión, no nos permite llegar a la esencia.
Y recordé las palabras de un viejo maestro que me decía y repetía siempre:…”El tiempo es un filtro…hay que ver lo que perdura a través de él…”
La Ilusión se desvanece como acuarela en el agua, como volutas de humo en el aire. Es insustancial y vacua.
Las relaciones condicionadas se sostienen por la Ilusión.
Es muy importante considerar que influye nuestra elección y decisión a cada paso.
Nuestra mente está todo el tiempo “grabando” a nivel consciente, y a nivel subliminal mucho más!!
Toda información visual y auditiva queda registrada.
Tenemos que prestar mucha atención a lo que “consumimos”
en forma virtual.
De tal proceso resultará el producto.
Luego diremos “ingenuamente”: --“No puedo salir de esto!”-
--“Como llegué hasta acá ?”—
A modo de ser sinceros, cada uno sabe el momento en que debió detener la rueda. Sin embargo siguió adelante.
Ese momento de elección y decisión es lo que determina la consecuencia.
La Ilusión está siempre presente.
Depende de nosotros reforzar el YO RESPONSABLE y LA
VOLUNTAD, prestar atención, meditar, tener el tiempo de la paciencia de la vida por nacer, y tener muy en cuenta que aunque el mal se haya manifestado…
· ES CONVENIENTE EVITAR UN MAL MAYOR
· PIENSE EN LAS CONSECUENCIAS.
Cristina
20.7.10
16.7.10
Un mensaje del demonio
Un amigo compartió conmigo hoy este interesante link...
Desde mi óptica personal, en relación a la filosofía que he adoptado en mi vida, existen ciertas diferencias filosóficas entre lo que aquí se dice con "mi práctica", a saber:
- El así llamado "demonio" no existe, en el sentido de que no concibo un ser como tal, que constantemente está amenazando la posición de Dios, y haciéndole pelea a veces ganándole, a veces no tanto...
Esta idea más bien considero ha sido estratégicamente introducida a su debido momento por las mentalidades institucionalizadas del mundo de la religión, sabiendo que incluyendo a semejante personaje en la escena, podrían utilizar la tan poderosa herramienta del temor de múltiples e interesantes maneras para complacer sus intereses egoístas, logrando así manipular a las masas a piaccere...
- Entonces, de dónde salen esas tendencias que tranquilamente podemos denominarlas "demoníacas" desde dentro de nosotros o de otras entidades?
Tome asiento ante todo. Si está listo para hacerse cargo y aceptar la realidad de las cosas...todo ello (como gusten llamarlo), surge exclusivamente de nuestro propio libre albedrío, el cual, utilizado de la manera errónea, genera toda una gama de situaciones y sentimientos distorsionados de la realidad, en otras palabras, toda una serie de demonios que nosotros mismos elegimos alojar dentro de nuestra conciencia, por intentar ser feliz en este mundo de la manera equivocada: de manera egoísta, sin preocuparnos por invocar un espíritu de amor universal que todo lo abarque en nuestro corazón.
Hasta que no lleguemos a ese plano de amor universal e incondicional hacia todos los seres vivientes, estaremos manteniendo, alimentando dentro de nosotros aún, algún porcentaje de demonitos que no nos permitirán ser finalmente nosotros....
- Y un último punto. No caemos de ningun paraíso. Si realmente y concretamente hubiésemos estado allí alguna vez, no habría posibilidad de retornar o caer aquí, pues todo aquella alma que entra en ese espacio ("paraíso" - "Mundo espiritual", etc.), primeramente debe tener la pureza y cualificación adecuada para ello. Y si alguien lo tiene, jamás elegiría otra cosa diferente a eso.
La milenaria cultura de la India nos habla acerca de la región marginal, un plano que bordea el reino espiritual, y de l cual "se originan" las jivas (las almas), siendo nuestra constitución puramente espiritual, pero de una naturaleza cuantitativa tan pequeña y frágil, que mostramos la tendencia a ser cubiertos por la energía ilusoria, a la cual algunos eligen llamar "demonio".
Esta energía es una energía inferior de Dios, la cual existe simplemente para satisfacer nuestros efímeros caprichos egopistas de intentar disfrutar de manera independiente a nuestro creador, el origen de todo disfrute. Debido a que se nos ama, se nos da un libre albedrío, se nos da libertad, tiempo y espacio para que elijamos en nuestra vida. No hay imposición, obligcación, sino no podría haber amor allí...y debido a ello, aquí nos encontramos. No intentemos buscar a otro responsable fuera de nosotros. Seamos lo suficientemente valientes para afrotnar con entereza y entusiasmo esa elección que hemos tomado en su momento, y tomar las medidas apropiadas para librarnos del quizás presente enredo actual, alcanzado así la verdadera liberacón, el verdadero paraíso: la tierra del servicio divino.
Pero en fin, más allá de estas peuqeñas diferencias, me parece muy bien expuesto justamente cómo nosotros elegimos obedecer a esa voz que constantemente nos invita a arruinarlo todo.
Y muy importante, para cerrar, utilizar nuestra inteligencia para darle a cada cosa su valor apropiado: lo ilusorio ("demoníaco" si se quiere...) como ilusorio, inservible y doloroso, y lo real como deseable, pese a el esfuerzo que me pueda tomar hacer que eso despierte dentro mío.
:)