cierra tus ojos y MIRA

Un Creador detrás de Todo

Aquí retomando la pluma-teclado luego de un buen tiempo de ausencia, donde la Providencia me invitó a seguir escribiendo, pero en otros formatos.

Las últimas semanas han sido tiempos donde se me ha invitado aescribir en el lienzo de lo práctico casi de forma exclusiva, a aplicar en un 100% toda aquella paabra que pudo haber sido plasmada en este blog desde su mismo comienzo, así que intentando respetar los ciclos y etapas que van llegando, sin dejar de "escribir" en ningún momento, sea en el formato que sea...

Ayer por la noche me encontraba meditando y camiando descalzo por el verde del Parque Rivadavia (para asombro de la mayoría, incluyedo un gato que no dejaba de mirarme :), y al observar en simultáneo las diferentes manifestaciones de la naturaleza, vino a mi mente la clásica idea de cómo todo tiene un Creador, y que en definitiva nosotros no podemos crear nada, en el sentido estricto de la palabra.

Nosotros somos plenamente dependientes en nuestro acto de crear, pues todo aquello que podamos "crear" lo lograremos hacer a través de toda una serie de herramientas y circunstancias que nos son proveídas, y que no podemos manifestar por nuestra propia voluntad.

Este punto es crucial y vitalmente necesario de entender, para percibi la existencia de un Ser Superior detrás de todo.

Cómo es posible que yo, quien ni siquiera puedo reproducir un grano de arroz, niego la existencia de un creador inteligente superior detrás de todo, que ha y continúa manifestando diferentes cosas, sin yo poder imitarlo jamás?

Al contemplar la naturaleza sin envidia, espontáneamente podremos sentir la pesencia de alguien detrás de ella. Alguien que no sólo la ha creado a ella, sino también a nosotros.

Nosotros no somos nuestro propio invento, nuestra propia creación.

Nosotros no somos independientes en el sentido absoluto de la palabra.

Somos independientes dentro de nuestra dependencia constante en lo Supremo, así como un pez puede moverse a su voluntad dentro de los límites del océano, pues al ser puesto fuera de éste, muy poco quedará de él.

Asímismo, nuestro supuesto sentido de la independencia debe ser reevaluado y analizado a la luz de nuestra eterna necesidad de ser proveídos a cada segundo de toda una serie de elementos que nos permiten sentir, pensar, desear, etc.

La conclusión obvia de una sabia observación de todo esto, es que nos sentiremos muy pequeños pero a la vez agradecidos, muy necesitados pero a la vez protegidos, muy insignificantes pero a la vez plenos.

Tratemos de vincularnos más y más con esa Entidad creadora detrás de todo, de conocer a Aquel a quien debemos nuestra propia existencia y vida, profundizando hasta tal punto, en que nos demos cuenta que solamente podemos buscarle a El en diferentes formas, y El no está haciendo otra cosa que intentar llamarnos la atención en Su afectuosa búsqueda por nosotros.

Esa intensa búsqueda, marcará el comienzo del descubrimiento del verdadero Amor.