(Introducción al artículo “ Los nuevos mitos”)
El hecho es que el mundo mira al mundo a través de una pantalla y cree que en verdad es así como lo ve.
Existe toda una generación que ha nacido bajo el imperio de la Televisión y que vive en un mundo irreal, puesto que son los medios quienes gobiernan el mundo y éstos, sus hijos pacientemente adaptados, lo heredarán. Un mundo dentro de una burbuja, separada del mundo realmente vivo y con todos nosotros dentro.
Pregúntenle a un niño si sabe lo que es Marte, y seguramente les responderá que sí, y les hablará más o menos de él según sea su interés pero es muy enteramente probable que jamás lo hubiese visto con sus propios ojos. Es algo que vio en la tele o en alguna foto, o quizás en la Internet pero no allí donde está, en el bello, inmenso y real cielo.
Cierto es que de todos modos saben de él, que es lo que importa, diría cualquier educador, y que si sienten la inquietud pueden saber en dónde está y hasta calcular dónde mirar y cuándo para poder verlo. Pero no lo han visto. No han sentido la impresión que ello provoca. Eso es como haber leído el texto de una canción sin haberla escuchado jamás, o como haberla escuchado, pero sin haber oído lo que ella en su canto dice.
Habrán visto alguna vez que los seres humanos automatizamos fácilmente.
No sólo me refiero a las cuestiones de la tecnología, sino a los propios movimientos, pensamientos, sentimientos, carácter, espiritualidad y cultura. Respuestas automáticas diría Pavlov. No ya provocadas por un timbre, sino por algo más complejo e inconsciente que Jung define como los Arquetipos del inconsciente colectivo interactuando entre sí. Algo que, paradójicamente, sostiene el mundo arquetípico que consideramos como realidad en todos los aspectos. Es, lo que nosotros creemos que es… pero no tanto, por suerte, sino estaríamos en verdaderos problemas. Nuestro propio sistema de creencias se está agotando en extremo pese a eso.
Comenzamos a cuestionar formas de pensamiento que hasta no hace mucho constituían un dogma, y poco a poco vamos tomando conciencia de que somos incapaces de resolver algunos problemas que nosotros mismos creamos, y que algunos de ellos pueden incluso hasta matarnos y llevarnos a la extinción no sólo a nosotros, sino a millones de especies. Nuestros "líderes" "religiosos" y políticos ya no nos representan, ni tampoco los presidentes de las grandes sociedades y corporaciones. Ellos sólo están obsesionados consigo mismos y con sus egos caprichosos llenos de excentricidades que los acercan ya más a vivir y actuar más parecidos a una estrella del Pop que a presidentes, Popes, Papas, Reyes, Dueños, elegidos o de facto.
Ellos (en un 99,9%) son seres mediáticos que manipulan medios que generan mitos para que entre los muchos podamos sostenerlos a ellos como una realidad verdaderamente existente.
por Alejandro Fau - astrólogo
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El mundo en el que vivimos y la convulsión que lo caracteriza, son el lugar y el momento más propicio para revisar el sistema de valoración sobre el que construimos nuestra vida; porque es tan evidente que las cosas no pueden ser como se ven, escuchan o piensan, que es esta misma “supuesta realidad” la que nos hace ir en busca de una verdadera realidad, una realidad acorde con nuestras necesidades más profundas.
Es importante replantear la forma en la que nos relacionamos con el mundo, con nuestra realidad circundante, con nosotros mismos; ya que el crecimiento radica en considerar la posibilidad de estar errados y corregirnos. De ese modo, tanto las adversidades como las equivocaciones pasarán de indeseables a indicadores de las zonas que necesitan alguna modificación, o sea: un buen amigo!
Comentario por Nora García
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