Revelación natural
Hace unos días, conversando con un buen amigo, surgió el tópico de la revelación espiritual en el corazón, en donde se ubican varios linajes y grupos espirituales, los cuales incitan una prematura zambullida a conceptos y tópicos de gran confidencialidad y muy fácil de malinterpretar, estando el ser situado en una plataforma contradictoria aún todavía en ese momento.
Frente a esta situación, los santos y escrituras sagradas nos han aconsejado siempre aproximarnos a estas realidades de manera madura y precavida, para no adelantarnos pasos ni etapas en nuestro intento de progreso.
El hecho de que queramos alcanzar una realidad que aun no es asequible a nosotros, justamente es suficiente razón para entender que no llegaremos a esa percepción simplemente por introducir un mantra o concepto o iniciacion alguna. Esa realidad que ansiamos se encuentra dentro de nuestro corazón, latente y esperando, y si aún no es algo tangible para nuestra visión diaria, significa que debemos ante todo atravesar una etapa de previa purificación y limpieza, para luego encontrarnos con esa realidad de manera natural, no forzada.
Será un despertar interno, y no una adquisición que intentaremos incorporar desde adentro hacia afuera. Eso sino resultará en imitación superficial, así como sus resultados y supuestos síntomas.
Por ello, todos los procesos espirituales genuinos recomiendan el Canto de los Nombres de Dios, un llamado exclusivo a través del sonido, como uno de los métodos más eficaces para despertar este sentimiento que yace sepultado bajo el polvo de la contaminación material, en lo más profundo de nuestro ser, esperando ser despertado, para así poder comenzar a vivir nuestra vida última, nuestra verdadera identidad eterna como habitantes del plano antimaterial, inmersos en dicha y conocimiento divinos.
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