17.11.10



¿Qué es el Yoga?


(A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada, maestro autorrealizado, practicando profundo bhakti-yoga, vínculo completo con el Absoluto a través de la recitación de mantras, sonidos divinos que represetan de manera total la realidad última)

Es sorprendentemente sorprendente el poder hallar cómo en este mundo, muchas veces se habla de algo en particular teniendo una certeza casi absoluta de qué se sabe por completo sobre qué uno está hablando, y al mismo tiempo negligenciando por completo la verdadera esencia, significado y propósito últimos del tema en cuestión.

Esto ocurre practicamente con todas las situaciones y cosas que nos rodean, en donde por momentos uno puede llegar a jactarse de poseer un determinado nivel de experiencia y sabiduría en relación con algo, pero al analizar esta postura en sumo detalle, veremos que la misma no es más que el indicativo de una profunda ausencia de verdadero conocimiento, de verdadera información.

Y el Yoga no es una excepción a la regla.
Todo lo contrario, disciplinas milenarias y sagradas como el Yoga, suelen convertirse en una de las temáticas más tergiversadas y poco comprendidas, dada la naturaleza extranjera de su procedencia, y el implícito riesgo que representa el llegar de exportación a tierras extranjeras (occidentales sobre todo, lugar donde todo tiende a encapsularse de acuerdo al gusto y disgusto de la platea de ocasión, sin temer el hecho de sacrificar la vida mismo de aquello que estoy adaptando para volverlo accesbile a las masas)

Es así que hoy en día, el término "Yoga" es un concepto más dentro de nuestro hablar cotidiano, asimilado por todos.
Pero la pregunta es: ¿Asimilado de qué manera? ¿Qué hemos o estamos entendiendo cuando escuchamos (o incluso practicamos) Yoga?

Así, somos invitados siempre a una comprensión cabal y completa de todo.

El yoga no representa simplemente algo externo. De hecho el yoga poco y nada tiene que ver con lo externo, sino justamente con una invitación a habitar el mundo interno.

La palabra misma de la cual se deriva el término ("yug") es traducida como "vínculo", pero no cualquier tipo de vínculo, sino específicamente, aquella práctica que me permite relacionarme, vincularme con lo interno, con lo antimaterial, con lo divino, espiritual y supremo. Con la esencia misma de todo, la cual yace mucho más allá del cuerpo, mente, intelecto y falso ego materiales.

Así, se nos presentan diferentes peldaños dentro de esta escalera llamada Yoga, pero en definitiva todos conducen al escalón último: el amor divino, prema-bhakti en sánscrito.
Las etapas previas de Yoga nos hablarán de sanar el cuerpo, aquietar los pensamientos, concentrar la mente, desapegarnos del fruto de nuestras obras, cultivar el conocimiento, meditar y así sucesivamente nos irán llevando de la mano hasta el grado último de realización, o en otras palabras, el máximo nivel posible de vínculo y relación con la realidad misma.

Y este último nivel es el amor, cuando nace en nosotros el amor divino, todo lo que veamos, todo lo que sintamos, todo lo que llegue y salga de nosotrs, será concebido como un milagro constante, una muestra de afecto que nos bendice desde arriba, y en la cual nosotros podemos formar parte activa, en la forma de un intercambio amoroso con la trascendencia.

Esto es lo que todas las escrituras y santos del Yoga han concluído como la meta última, aquella meta que finalmente terminará por darnos plena satisfacción, plena estabilidad, y que continuará acompañándonos no sólo en esta vida, sino de aquí a la eternidad.

Esta es la invitación del Yoga, una invitación a amar, una invitación a desarrollar y canalizar apropiadamente todo nuestro rango emocional, y así crecer más y más por dentro, sentir cada día más un vínculo intrínseco e interactivo con todo lo que nos rodea, y percibir cómo detrás de todo se encuentra la sonrisa del Supremo, siempre invitándonos a una nueva aventura en donde el amor es la ley que rige ese lila, ese juego divino.

Bienvenido al mundo del Yoga.

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