17.3.11


¿Qué hacer con nuestra mente?




¿Qué hacer con nuestra mente?





La mente humana necesita ser educada.


Esto se logra persistiendo en la aspiración a unirse con el centro de la propia consciencia y con la intención de no dejarse conducir sólo por el mecanismo deductivo intelectual.


Una de las funciones de la mente consiste en elevar la vibración de las células cerebrales, lo que se logra al encauzar los pensamientos hacia temas elevados.


Después de cumplir esa función, debe renunciar a su predominio para no convertirse en un obstáculo para el conocimiento intuitivo, que proviene de un plano de consciencia superior.


La mente, con su poder de análisis y deducción, ve tanto lo positivo como lo negativo, y luego juzga.


Pero sólo cuando nos concentramos en los aspectos más positivos de alguna persona o de los hechos de la vida, recibimos ayuda para la correcta formación de la mente.


Así aprendemos a trascenderla, encaminados hacia una nueva percepción. De esta manera, la agudeza y la capacidad crítica se transforman en el don de captar la Realidad.


El nacimiento de una nueva consciencia implica la reestructuración de la mente. Esto no significa sólo reordenarla, sino especialmente transmutarla, lo que es posible mediante la concentración en el mundo interior y el aquietamiento del raciocinio.


Para tener paz, la mente necesita reconocer algo superior que la pueda ampliar. Necesita dejar de ser complaciente con las tendencias que por lo general cultiva.


Su capacidad de concentración nace de la renuncia voluntaria a lo que la atrae y dispersa. Es fruto de la voluntad, de la decisión de mantenerse en vibraciones superiores, de la decisión de seleccionar la calidad de las energías en que la consciencia debe polarizarse.


Aún cuando la mente sea un campo de conflicto para el hombre de hoy, puede transformarse en campo de servicio, conforme a la muy conocida ley, "la energía sigue al pensamiento". Esta ley contiene la semilla del proceso creador-destructor, para el hombre, en el mundo material.


Y para las entidades espirituales, en el cosmos. La mente racional es incapaz de trascenderse a sí misma.



No hay comentarios: