23.3.11


DIVINA MEMORIA



La memoria, esta facultad de nuestro cerebro que la consideramos como algo tan natural y merecido, hasta propio, que nunca pensamos que podríamos vivir sin ella.

Tampoco la apreciamos, ni la cuidamos, hasta que…la empezamos a perder.


De solo imaginarnos que si nos encontráramos en una esquina, sin ella, no sabríamos para donde ir.


Y, si alguien se acercara a preguntarnos como nos llamamos, cuál es la dirección de nuestra vivienda, el número de D.N.I., el teléfono de nuestros hijos, etc. etc. y no pudiéramos contestar…


Tan solo pensarlo, nos llenaría de espanto.

El registro de la memoria, es todo aquello que guarda no solo todas las experiencias vividas, consciente e inconscientemente, sino el registro de nuestra identidad.


El “Yo Soy”, sólo puedo sostenerlo a partir de ella.

La octava consciencia, desde la psicología budista, es la que pasa de vida en vida, donde se halla registrado a modo de chip, absolutamente todo lo vivido, en todas las vidas anteriores.


Incluso hasta está registrada, nuestra memoria biológica y ancestral!!.

He leído un Cuento Oriental de Liehtsé, Sabiduría China de Lin Yutang, donde refiere de un hombre, llamado Huatsé, que había perdido la memoria. Titulado “El hombre que olvidó”.


Solo vivía el día. Y por la noche borraba absolutamente todos los recuerdos almacenados.

Este hombre vivía feliz.

No obstante su familia, estaba muy preocupada por ello, y comenzó a buscar distintos médicos para lograr que este hombre se “curara” de la enfermedad que padecía.


Después de dar muchas vueltas, con distintos profesionales de la salud, encontraron un erudito Confusionista que dijo:

“Su mal no es de los que se curan con adivinos, oraciones y medicina. Trataré de curar su mente y cambiar los objetos de su pensamiento, y puede ser que se cure.”


Sometió a éste hombre a distintas experiencias extremas de hambre, frío y oscuridad. Huatsé pidió comida, ropas y quiso ver la luz.

Y…la enfermedad de años fue curada en un día.


Cuando Huatsé se curó, lo supo, y se puso furioso.

Se violentó con su esposa y con sus hijos, y echó al erudito Confusionista de su casa, amenazándolo, si volvía.


La gente del lugar le preguntó porqué hacía eso, a lo que el hombre respondió:

“Cuando estaba inmerso en el mar del olvido, no sabía si el cielo y la tierra existían, ni pensaba en ellos. Ahora que me han despertado, todos los éxitos y desventuras, alegrías y penas, amores y odios de toda mi vida , han venido ha descomponer mi corazón.

Y …lo seguirán haciendo.


Seguirán oprimiendo mi mente como me oprimen ahora.

“¿Cómo podré olvidar?”.


Un hombre que vivía tranquilo, en el mar del olvido, sin memoria, y a partir de su recuperación, siente que nunca volverá a ser feliz.


Es bueno reflexionar sobre esto: imagínense, si recordáramos absolutamente todo lo vivido desde el nacimiento. (Ni hablar de nuestras vidas anteriores).


El sabio inconsciente, nos resguarda de muchas cosas que no podríamos siquiera tolerar, y despertaríamos a lo siniestro que hay en muchas personas buenas que nos rodearon toda la vida.


Pero también, nos advierte, a través de síntomas, cuando debemos hacer aflorar algo a la superficie.


Y, también lo hace con la función mediadora y simbólica de los sueños, que es su recurso. Por ello, el inconsciente no puede hablar, y prefiere el silencio: El silencio de los Inocentes.


En nuestro cerebro existe una formación muy primitiva, llamada cerebro reptil.

En su interior una formación llamada amígdala, es la que guarda todas las experiencias emocionales, y como una Tea ardiente, mantiene las llamas de las experiencias traumáticas, por ello se dice que aún, cuando el trauma haya sido en el pasado, está siempre presente (Congreso Internacional PSICOTRAUMA).


Y ese cerebro reptil…también está siempre presente.

Algo muy importante para referir, es la importancia de los distintos tipos de memoria: auditiva, visual, olfativa, gustativa, táctil y extrasensorial.


La más importante y delicada, es la memoria visual.

“Una palabra podrá olvidarse de nuestra memoria…pero una imagen jamás se borrará de nuestras retinas.”


Cuando haya desaparecido la memoria, la dificultad sensitiva y motora de asociar y expresar los recuerdos, quedarán bailando en nuestra mente todas las imágenes en una sucesión ininterrumpida , desde lo ancestral y primitivo, como en la psiquis del bebé.


Alzheimer, ese mal incurable, que cada vez afecta a más personas, y cada vez a más temprana edad.


Un mal que se multiplica en progresión geométrica, al que aún la ciencia no logra frenar.


No obstante, la naturaleza sabia, como habitualmente, también nos provee en el transcurso de la vida, la posibilidad de olvidar, la posibilidad de no escuchar, la posibilidad de no ver, de no poder hablar.


Recuerdo a los tres monos sabios: “No veo…no escucho…no hablo.”


Perder la memoria, es terrible…conservarla también.


Lic. Cristina Noemí Mafía


3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Eterno resplandor de una mente sin recuerdos" de Michel Gondry una pelicula maravillosa que trata el tema de los recuerdos y nos deja una moraleja muy linda.La recomiendo
Ksirodakasayi Vishnu Das

khrissma-Claro de Luna dijo...

GRACIAS a Ksirodakasayi Vishnu DAS.
Tendré en cuenta tu enlace.

Christina

Anónimo dijo...

Everything Is Illuminated es otra pelicula que trata el tema de una forma muy madura y nos deja como enseñanza tambien que debemos aprender a convivir con los recuerdos, aceptando y creciendo.
El final de la historia desvela la razón del título original "Todo está iluminado por la luz del pasado. Siempre está a nuestro lado, dentro, mirando hacia fuera".
RECOMENDADA
Ksirodakasayi Vishnu Das