Qué hacer con nuestro valioso tiempo...
Algo debemos hacer con nuestro tiempo, con nuestra vida.
Nuestro tiempo es nuestra vida. Perder el tiempo es perder la vida.
Y llegando a esta conclusión (de que el tiempo vale vida), naturalmente todos nos encontramos en una frenética búsqueda, itnentando descubrir cuál es la mejor forma de invertir este valioso capital, para de esta manera estar seguros de que no estamos echando nuestra existencia al desperdicio...
Y qué es lo mejor que podemos hacer con nuestra vida/tiempo?
Pues los expertos en el tema, los grandes "vividores", nos han indicado que una revolución es lo mejor que podemos hacernos a nosotros mismos, como a los demás.
Revolución, replantearnos la manera en que estamos evolucionando, o que creemos que estamos haciéndolo, y así incrementar el valor de nuestros esfuerzos, dirigiendolos a ellos en una dirección cada vez más afinada, más pulida.
Y esto necesariamente nos arrastra casi a la fuerza a la conclusión de que el fin último de toda revolución real, debe culminar en el amor.
No puede haber verdadera revolución sin amor.
En la medida que el verdadero amor esté presente como el objetivo último a alcanzar, en esa misma medida todo lo que yo piense, diga y haga podrá ser considerado realmente revolucionario.
Pues la única revolución necesaria debe ser generada en nuestro corazón (lugar donde esta sustancia llamada amor es manufacturada), y en ninguna otra parte.
Mientras sigamos utilizando nuestras vidas/tiempo intentando generar revoluciones aquí y allá, pero sin buscar el ingrediente amor como factor vital de las mismas, toda nuestra energía se verá mal utilizada y eso lo sentiremos con creces dentro de nosotros, como un síntoma que orre a auxiliarnos a través del aviso, diciéndonos que sólo podemos ser revolucionarios a través del amor.
Cuanto más acabado sea el concepto del amor dentro de nosotros, más efectiva nuestra revolución será. Más profundo será su impacto en toda la creación.
Y al hablar de generar una revolución basada en el amor, no me refiero a un concepto woodstocckiano en donde el amor está más que nada relacionado a una mal llamada libertad, en donde simplemente continuamos en términos generales persiguiendo nuestro placer de manera egoísta pero envuelto en un velo de aparente misticismo, sino que más bien hablo de un cambio radical en donde lo primero que haremos es replantearnos qué entendemos nosotros por estos dos términos: amor y revolución.
Muy probablemente, si realmente deseasmo hacer una revolución basada en el amor, primero tendremos que estar dispuestos a desechar una tras otra, todas las concepciones erradas que quizás por años y vidas emos estado incorporando, y tomando como verdaderas, hasta finalmente encontrarnos con el verdadero significado de "amor" y "revolución". En verdad, ambos son sinónimos en útima instancia, y debemos profundizar justamente hasta llegar a esta revelación: que la verdadera revolución debe estar badasa en el amor, y que el verdadero amor sólo surgirá luego de que dentro mío pase toda una revolución.
Todo esto implica una disposición total al cambio, la transformación, el comenzar de cero, el "morir para vivir" como Hegel sabiamente decía, sin albergar el más mínimo temor o dudas al respecto de tal salto al "vacío", que en verda de vacío no tiene nada, pues semejante salto lo único que hará es ustamente llenar todos los vacíos existenciales que hasta hoy asfixian mi respirar interno...
Intentar todo esto al máximo de sus posibilidades es realmente saber encontrarle el sentido a nuestra existencia.
:)
2 comentarios:
Great.!!!
TOTALMENTE DE ACUERDO !, EL CAMBIO VIENE DESDE EL INTERIOR. COMO DECIA JESUS...;TENEMOS Q ATRAVESAR LA PUERTA ESTRECHA.., DE NUESTRAS PROPIAS LIMITACIONES.
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