Intentar amar
Intentar amar es la cosa más valedera que una entidad viviente puede aventurarse a hacer.
Intentar amar no deja de ser un intento, en el sentido de que jamás culminaremos en semejante emprendimiento.
Intentar amar significa que cada nuevo día intentaré mejorar, intentaré crecer, al menos una pulgada más que ayer, y así sucesivamente, sin dejarme achacar ni estancar por nada de lo que aparezca en mi camino.
Intentar amar significa reconocer que muy probablemente me encuentro aún muy lejos del amor, pero que fervientemente deseo aproximarme cuanto antes a ese mundo divino.
Intentar amar implica volvernos héroes, valientes almas que elijen la verdad y el compromiso con lo superior a costa de "perderlo" todo en este plano inferior, en donde todo de todas formas está destinado a despedirse de nosotros.
Intentar amar nos lleva a incrementar nuestra tendencia al servicio, al dar, al vivir para compartirnos, y así incrementar esta eterna tendencia que yace en nosotros, puliendo ese arte
hasta límites insospechados.
Intentar amar significa sumergirnos en el océano de la fe, donde todo allí es certeza, confianza, apertura y transparencia, donde no hay cabida para la vida privada, la hipocresía y la mentira, el cálculo y el fingirlo todo.
Intentar amar significa seguir intentando una y otra vez, sin importar qué tan mal me salga el intento: si sigo intentando significa que el éxito está asegurado.
Desde ya, seguir intentando también implica buscar la guía correcta que me haga intentar todo cada vez más afiladamente, con mejor puntería.
Intentar amar significa buscar a otros intentadores, y compartir e intercambiar nuestra experiencias generosamente, para que así más y más seres se animen a dar semejante salto.
Intentemos, y sigamos intentando, y que nuestro intento se vuelva cada vez más intento...
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