9.9.11


La realidad es tremendamente zigzagueante...



Así como la imagen lo ilustra, asímismo se mueve la realidad, la vida, la verdad, todo.

Y aquel que no desee participar en tal ritmo, se sentirá automáticamente excluído del fluir de la existencia, se auto-hará a un lado, y elegirá participar de la vida muerta, de la no-vida, tan sólo una maqueta, una immitación de la verdadera intensidad que nos espera.

Vivir significa aceptar las reglas del juego. Aceptar el estilo de aquel que nos ha invitado a este juego. Y si hay algo que debemos tener en claro por sobre todas las cosas es justamente esto: las cosas se mueven de manera zigzagueante e impredecible...

Ocurre esto para sumergirnos a nosotros constantemente en un nuevo mundo, en una realidad llena de sorpresas a cada instante, y para dejarnos en claro que la vida no es para prejuzgar, preconcebir, intentar anticiparlo todo y entenderlo todo, encerrar lo que acontece en el pobre puño de nuestras capacidades cognisitivas.

La realidad es por y para sí misma, como diría Hegel.
Así, ella elije cuándo hacer qué cosa, co quién y con qué propósito. Todos los derechos reservados, sin que nadie pueda irrumpir y obstaculizar su dulce voluntad. Sí, dulce, siempre dulce, que eso quede más que claro...

Así, se nos recomienda, frente a semejante perspectiva inconmensurable pero suprema, mostrar de nuestra parte toda una predisposición ejemplar ante lo que nos espera, ante todo aquello que se acerca a nuestra puerta a cada día, a cada minuto, a cada segundo, invitándonos a un nuevo capítulo de este juego.

Constante adaptación, constante transformación, constante purificación, constante, constante, constante...eso es vida, eso es ejercitar el corazón, que como un buen amigo dijo, el corazón es un músculo, y todo músculo crece al ejercitarlo, y/o se atrofia al no hacerlo.

Por ende, la misma dinámica de todo lo que llega a nosotros lo hace de tal manera, que no hace sino exigirnos esta eterna asimilación, sin detenernos un instante a dejar de bailar, a dejar de seguir su encantador llamado...

Participas?



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