20.11.08

Un Sendero

He aquí un extracto del libro "El Bhagavata: Su filosofía, su ética y su teología" de Srila Bhaktivinoda Thakur. Concebir, creer y alcanzar.
Aténganse a las consecuencias de leer sinceramente las siguientes palabras.


"A todos nos gusta leer un libro que nunca antes hayamos leído. Estamos ansiosos de asimilar cualquier información contenida en él, y una vez hecho eso nuestra curiosidad se termina. Esta forma de estudio prevalece entre un gran número de lectores que se consideran grandes hombres en su propia estimación, así como también en la estimación de aquellos que son de su misma estirpe. En realidad, la mayor parte de los lectores son tan sólo depósitos de hechos y declaraciones de otra gente. Sin embargo, eso no es investigación. El estudiante debe leer los hechos con miras a crear y no con el objeto de una retención vana. Al igual que los satélites, los estudiantes deben reflejar cualquier luz que reciban de los autores, y no aprisionar los hechos y los pensamientos tal como los magistrados aprisionan a los convictos en la cárcel.

El pensamiento es progresivo. El pensamiento del autor debe progresar en el lector en la forma de corrección o desarrollo. El mejor crítico es aquel que puede mostrar el desarrollo subsecuente de un viejo pensamiento; pero un simple denunciante es el enemigo del progreso y, por consiguiente, de la naturaleza. “Comiencen otra vez - dice el crítico -, porque la antigua doctrina no da respuestas actuales. Sepulten ya al viejo autor porque su tiempo ha pasado”. Estas son expresiones triviales. El progreso es ciertamente la ley de la naturaleza, y deben existir correcciones y desarrollo con el avance del tiempo, pues progreso significa ir más adelante o ascender más alto.

Ahora bien, si vamos a seguir a los críticos tontos, retrocederemos a nuestras posiciones anteriores, haremos un nuevo intento y cuando estemos a la mitad, otro crítico igual volverá a gritar: “¡Comiencen de nuevo, porque van por mal camino!” De este modo, nuestros estúpidos críticos jamás nos permitirán recorrer todo el camino y ver qué hay al final de él. El crítico superficial y el lector vano son los dos grandes enemigos del progreso; debemos evitarlos.

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