27.4.11


Las puertas del Paraíso



Había una vez un hombre que pasó toda su vida cultivando las cualidades prescriptas a aquellos que alcanzarían el Paraíso.


Ayudó generosamente a los pobres, amó y sirvió a sus semejantes. Recordando la necesidad de tener paciencia, soportó grandes e inesperadas privaciones, a beneficio de otros. Ejecutó travesías en busca de conocimiento. Su humildad y su ejemplar comportamiento fueron tales que su reputación de hombre sabio y buen ciudadano resonó desde Oriente a Occidente, y desde Norte a Sur.


Todas esas cualidades ciertamente las ejercitaba, siempre que se acordaba. Pero tenía un defecto: la negligencia. Esa tendencia no era tan fuerte, y él consideraba que, contrapesaba con otras virtudes que practicaba, sólo podría ser vista como una falta pequeña. Hubo algunos pobres a quienes no ayudó, pues de tiempo en tiempo tornábase insensible a sus necesidades, algunas veces, también olvidaba amar y servir, cuando surgía aquello que consideraba como necesidades personales, o al menos deseos.


Le gustaba dormir; y a veces, cuando estaba dormido, las oportunidades, de buscar conocimiento, o de entenderlo, o practicar real humildad, o aumentar en algo la cantidad de buenas acciones, pasaban de largo, y no volvían.


Así como las buenas cualidades dejaron su huella en su ser esencial, así lo hizo también la característica de la negligencia.


Fue entonces que cuando murió, encontrándose más allá de esta vida y encaminándose hacia las puertas del Jardín del Paraíso, el hombre se detuvo para examinar su conciencia. Y, sintió que su oportunidad de pasar por los Portales Celestiales era suficiente.


Vio que las puertas estaban cerradas; y entonces una voz se dirigió a él, diciendo:

“Permanece atento, pues las puertas se abrirán sólo una vez cada cien años.”


Así, el hombre se acomodó a esperar, excitado ante la expectativa. Pero perdidas las oportunidades de practicar virtudes a favor de la humanidad, se dio cuenta de que su capacidad de atención no le era suficiente. Después de estar atento durante un lapso de tiempo que le pareció un siglo, comenzó a cabecear de sueño. Por un instante se cerraron sus párpados. Y, en aquel momento infinitesimal, se abrieron las puertas de par en par. Antes de que sus ojos estuvieran completamente abiertos, las puertas se cerraron: con un estruendo lo suficientemente fuerte como para resucitar a los muertos.


* * *


Cuento derivado de obras del derviche Amil Baba del s. XVII.


Esta enseñanza, es llamada también:

”La parábola de la negligencia”.


La negligencia, como actitud humana no tiene pequeñas actitudes.

Es siempre un acto consciente, que aún a sabiendas del daño que puede ocasionar, no se tiene en cuenta.


Detrás de la negligencia, existen formas de ser “caprichosas”, que se resisten a ser modificadas, muchas veces por comodidad, para evitar compromisos, o simplemente por no considerar que sean suficientemente importantes. Ello acarrea la consecuencia de un una doble acción, en parte de desidia y en parte de ignorancia.


En un grado menor implica falta de atención o desinterés.

La actitud compasiva y el amor, no están de “a ratos”, están siempre presentes; como una fuente de manantial que brota incesantemente dispuesta a manifestarse; y muchas veces por efecto de empatía, de ponerse en el lugar del otro, se anticipa a las necesidades de los otros seres.


Christina


22.4.11


Suena Verdadero se expande a Facebook...



Debido a ciertos cambios de dinámicas en el día a día y diversas razones un tanto extensas de mencionar aquí, deseamos anunciar a los lectores de nuestro blog, que quizás noten una menor frecuencia en los posteos a partir de estos días, pese a que de todas formas seguiremos posteando, y más que nada queremos invitarlos a visitar el siguiente sitio de Fcebook:

Swami BV Padmanabha

...donde practicamente a diario podrán encontrarse con diversas reflexiones, interesantes debates y otros temas de interés para el alma sedienta de verdad.

:)

18.4.11


LA MEJOR EDAD…



Tengo 6 años…la mejor edad!

Aprendí a leer y a escribir!


Tengo 13 años…la mejor edad!

Ya soy una mujer!


Tengo 15 años…la mejor edad!

Ya tengo novio!


Tengo 18 años…la mejor edad!

Ya soy independiente!


Tengo 21 años…la mejor edad!

Estoy emancipada ante la LEY!


Tengo 30 años…la mejor edad!

Traje al mundo dos niños!


Tengo 40 años…la mejor edad!

Pude tomar decisiones muy maduras!


Tengo 50 años…la mejor edad!

Superé los cambios hormonales,

Y varias enfermedades!


Tengo 60 años…la mejor edad!

Recibí reconocimiento social a la trayectoria

Siento liberación y amparo…


Tengo 70 años…la mejor edad!

Ya no tengo obligaciones…


Tengo 80 años…la mejor edad!

Me alcanza la impunidad…


Tengo 90 años…la mejor edad!

He llegado…


Tengo 100 años…la mejor edad!

Ya no me acuerdo de NADA…


KRISTINA


13.4.11


Media Influence & Mental Control



9.4.11


El Sendero de la Vida



Muchas veces en el derrotero de nuestra vida, ante distintas circunstancias intentamos hacer lo correcto.


Pero, mucha gente se pregunta..¿Qué es lo correcto?.

¿Cómo diferenciar lo correcto de lo incorrecto?


Si bien existen situaciones donde ello es elemental y hasta un niño podría realizar la elección, existen otras que no son tan sencillas, dado que lo que es correcto para algunos, no lo es para otros, y viceversa.


En una primera instancia podríamos definir lo correcto de lo incorrecto, como aquello enmarcado entre dos límites:

el daño a sí mismo y el daño a los otros.


Al respecto es oportuno en este punto considerar que ante una misma pregunta realizada por dos personas diferentes,

el Buddha contestó a una “SI” , y a la otra “NO”.


Excepto aquellas preguntas que tienen que ver con lo Absoluto y Supremo, todo lo que tiene que ver con circunstancias de los fenómenos, es relativo y depende de la situación, la condición, y la circunstancia, asimismo como del esquema intelectual previo del que pregunta.


Difícil comprender tal postura filosófica y psicológica. Es que a nivel explicativo reductivo, se puede decir que el Buddha respondió de acuerdo al entendimiento del que preguntó.


Este concepto confunde a muchas personas, pero es muy profundo y trascendental, ya que es imposible que alguien comprenda algo que desde su capacidad de entendimiento no pueda asimilar.


El maestro que ya ha trascendido comprenderá que existen tantas respuestas como preguntas, y tantas preguntas como personas., consecuentemente existen tantas respuestas como personas.


Por ello en una discusión, muchas veces las dos personas tienen razón, desde su óptica y es importante conciliar con aquello que no pueden ver. Realmente cuál es el tema de discusión, lo que subyace detrás de las palabras.


El maestro trascendido, superará todas las contradicciones y los opuestos, he intentará que aquellos que lo siguen vayan realizando la amplificación de su conciencia, sin acelerar el devenir evolutivo espiritual, ello es, no solo inútil, infértil, sino contraproducente y desgastante…quizás hasta sería hacer uso de una arrogancia.

Lo importante es que la persona tome conciencia de sus actos y palabras, en el sentido de la intención consciente puesta en ello.


Si prevalece la mente especulativa, la intención es premeditada y consciente, y la actitud es de alevosía, el karma que se genera es altamente nefasto.


Si la persona no ha tomado conciencia de sus actos y palabras, por estar en una etapa de ignorancia, de apego a la materia y permanencia en el plano ilusorio, no tiene el mismo peso, aunque la consecuencia de todas formas caerá sobre sí mismo.


Existen situaciones altamente complejas, es fácil verlo desde el lugar de la crítica, la discriminación y la censura.


Pero es difícil verlo desde la capacidad compasiva, empática, poniéndose en la piel del otro.


Quien pueda haber leído y comprendido “La Metamorfosis” de Kafka, podrá comprender la significancia de éstos conceptos.


La persona inmersa en los vacíos existenciales, y sus limitaciones e incapacidades de Ser Humano errante con una naturaleza

condicionada, muchas veces “Hace lo que puede”.


Pero otros, pasan toda su vida pidiendo disculpas, después de haber cometido una sucesión ininterrumpida de errores.


Se puede pedir varias veces, pero no se puede vivir pidiendo disculpas. Ello habla de una incapacidad de modificar la situación, de una postura egocéntrica y de personalidades impulsivas.


Los actos de responsabilidad son la negligencia y el abandono, la falta de voluntad, la desidia, el “no me importa”, “yo soy así y no voy a cambiar”, cuando hay conciencia y conocimiento del daño, la falta de sensibilidad y compasión, cuando “pudiendo hacer ALGO, no se hace NADA”.


Los pequeños actos insignificantes, suelen ser muy poderosos en un sentido y en otro, por ello es importante tener una actitud meditativa de espacio de reflexión, previa a la acción.


Muchas personas, después de ver el “desastre” que generaron dicen …”no me di cuenta”.


Ya referí en otro texto como para ilustrar esto que una diferencia de un cm. en un ángulo proyectado al espacio, da como resultado una distancia sideral.


De tal forma, se generan las consecuencias.

Por ello, este ejemplo, creo que se puede aplicar respecto a actitudes “dañosas “de aparente insignificancia.


Me parece importante considerar también, que nuestros más grandes enemigos, son también “nuestros más grandes maestros”, porque han generado un aprendizaje y nos han llevado hasta el presente.


Si nos han sacado un Demonio de adentro nuestro, pues es nuestro trabajo qué hacer con él, y si han generado una Flor de Loto, también sabremos que hacer con ella.


No nos olvidemos que un hermoso poema de F.L.Bernárdez, dice en una estrofa:

…”lo que el árbol tiene de florido,

Vive de lo que tiene sepultado.”


Finalmente , para cerrar , reflexionar que muchas veces en el Sendero de nuestra vida nos preguntamos, y es bueno hacerlo, hacia donde vamos?, y adonde nos lleva?


Pues…quiero ilustrar la repuesta con una célebre frase de Franz Kafka:


CUANDO LLEGUES A UN PUNTO EN TU VIDA , DONDE SIENTAS QUE YA NO HAY RETORNO….HAS LLEGADO”.


Y…si el punto de llegada es correcto , será la Trascendencia ,y si es incorrecto habremos llegado al punto del Eterno Retorno.


Christina


5.4.11



Quién es el autor?



Basándome en una conversación que surgió algunos días atrás en nuestros intercambios filosóficos diarios con tantas almas que se manifiestan en el camino, hoy deseaba compartir algunas reflexiones sobre el tema de la autoría, a la hora de ser inspirados por algo más allá de nosotros...


En este mismo momento en que me encuentro tipeando estas palabras, considero que estrictamente hablando, sólo hasta un punto soy yo el que escribe esto. Por lo tanto sólo hasta cierto punto me atrevo a poner mi nombre debajo, pues considero que sería algo soberbio de mi parte no estar dispuesto a reconocer la aparición de una influencia superior dentro mío. Sobre todo, no estaría reconociendo la capacidad y poder que esta influencia posee, para incluso expertamente dejar a un lado todas mis múltiples deficiencias y fallas, y de alguna manera arreglárselas para manifestarse en cierta medida a través de uno.


Es tan místico ese momento donde uno habla y no habla uno al mismo tiempo. Donde uno escribe pero uno sólo siente que está prestando los dedos como instrumento para que algún mensaje que está muy por encima de lo que a uno podría ocurrírsele, está a punto de emanar…


Esto es muy intenso y necesario. El poder percibir esta presencia que una vez que aparece, todo lo posee, todo lo controla, y uno se ve siendo hermosamente controlado y llevado de un lado a otro por esa voz interna más que superior…


Idealmente debemos buscar vivir nuestra vida en semejante nivel de conexión con la realidad última, intentar al máximo de nuestra capacidad de volvernos simplemente títeres del plano más excelso. El títere conserva su magia y se vuelve glorioso, al dejarse manipular por una mano experta. En eso consiste su grandeza: en la humildad de no querer realizar movimientos independientes, sino sólo dejarse llevar por aquel a quien el reconoce como su amo.


De esta misma forma, debemos buscar alcanzar la verdadera gloria en la vida, la perfección de nuestra independencia yace en comprender la perfección de la dependencia, y poder así sentirnos mágicamente “poseídos”.


El sentir este tipo de posesión, el sentirnos fuertemente tomados por algo irresistiblemente atractivo que nos invita a nueva dimensión de fluidez, debe ser la experiencia a encontrar a cada paso de nuestra existencia.


1.4.11


LA MENTE ESPECULATIVA



“HOY POR TI , MAÑANA POR MÍ…”


Así reza la mente especulativa.


La mente en su primer nivel del Shopping del cerebro, por así decirlo en forma gráfica, simpática e ilustrativa, procede no muy a diferencia de la de los primates superiores.


Como proceso psicofísico primario, no se diferencia mucho de ellos, quienes tienen facultades de elaboración y reestructuración del campo perceptivo similar al humano.


Nuestro encéfalo en su base está formado por un encéfalo arcaico, llamado cerebro reptil, el cual se halla SIEMPRE PRESENTE.


El cerebro humano alberga también el intelecto, los procesos cognitivos espirituales, el conocimiento intuitivo, lo paranormal, lo parapsicológico, la glándula pineal o tercer ojo, el hipotálamo (centro de las emociones), la memoria, los centros perceptivos de la visión, el olfato, gusto, lenguaje, centros sensitivos y motores, área frontal de la conducta, etc.

No obstante ello, si bien se puede determinar las áreas de las alteraciones conductuales a partir de las bases biológicas, no se puede establecer dónde habita “la mente”, ni el conciente, preconsciente e inconsciente, descubierto por el pionero del psicoanálisis S. Freud, menos aún el YO, el ELLO y el SUPER YO.


Por lo tanto podríamos decir que: la mente es un proceso virtual, altamente impermanente e ilusorio, que es lo primero que se perderá al abandonar el cuerpo.


Muchas personas, haciendo uso de esta facultad iniciática de los procesos mentales, piensan en lo que dan, esperando la retribución de sus acciones.


Ello es un acto especulativo y calculado, y nada tiene que ver con “la acción de dar”.


Las buenas acciones o campo de méritos, son retribuciones que llegarán tarde o temprano de la persona menos esperada, y no de la persona indicada, quien tal vez haya sido la más beneficiada.


Cuando las condiciones sean propicias para librar la causa-consecuencia.


El que dá esperando recibir, no dá nada, y el campo de méritos lejos de agrandarse, se achica acumulando karma negativo.


“Lo que no se dá desde el corazón…es como que no se diera.”


Lo importante es dar desinteresadamente.

Si quien recibe no lo reconoce ó considera, no importa…

Escrito en el DHARMA está.”


Por lo que muy diferente es:”esperar el vuelto”, de una buena acción.


El controvertido tema de la mente no unificada con los afectos, o tal vez, unificada en el sentido de la imposibilidad del amor heroico, compasivo, crea personalidades inauténticas, disociadas, vulgarmente llamada : hipocresía.


Habla de una persona que está transitando un plano físico o material en el sendero de la evolución espiritual.


Ego y Apego van de la mano.


Aquel que busca a alguien solo cuando lo necesita, y mientras tanto el amor brilla por su ausencia, habla de un ser egosintónico, de un profundo narcisismo, de vínculos emocionales tempranos rotos, de relaciones no comprometidas, de incapacidad amatoria, y ni siquiera de un buen sentimiento hacia sí mismo.